En España se diagnostican cada año unos 3.300 casos de cáncer de ovario.
Según la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), su incidencia en España se considera alta, con un ascenso en el número de casos, lento pero constante, desde los años 60.
Actualmente, se estima que esta enfermedad representa el 5,1 % del total de los cánceres femeninos, siendo el sexto tumor más frecuente entre las mujeres.
Además, se trata de la segunda causa más frecuente de mortalidad por cáncer ginecológico, por detrás del cáncer de mama.
Cáncer de ovario en mujeres jóvenes: factores de riesgo
La mayoría de los tumores de ovario se diagnostican entre los 45 y los 75 años.
Sin embargo, existe un porcentaje significativo de casos en los que el cáncer de ovario aparece a partir de los 30 años e incluso antes (a partir de los 15 años).
Algunos de los factores de riesgo que pueden influir en la aparición de este tipo de cáncer son la edad, el tabaco o el estilo de vida, pero también antecedentes familiares en otros tipos de cáncer como el de mama, el de útero, el de endometrio o el de colón.
Además, el riesgo de padecer cáncer de ovario aumenta también en aquellas mujeres que presentan alteraciones genéticas específicas hereditarias debidas principalmente a mutaciones en los genes BRCA1 o BRCA2.
Se calcula que entre un 5 y un 10 % de los casos de cáncer de ovario en mujeres jóvenes son debidos a la herencia de familiares y/o a mutaciones en los citados genes.
Por eso, es importante que las pacientes tengan acceso a la historia clínica de sus madres, abuelas, tías u otros ascendientes femeninos para conocer sus antecedentes familiares en cáncer de seno, ovarios, trompas de Falopio e incluso peritoneo.
De esta forma, será más fácil identificar, a modo de prevención, si existe esta mutación en su ADN aunque el cáncer no se haya manifestado.
Fertilidad y cáncer de ovario en mujeres jóvenes
¿Con el cáncer de ovario se pueden tener hijos?
Los ovarios son los órganos encargados de producir óvulos. Pero cuando se ven afectados por una enfermedad como el cáncer, su capacidad y funcionalidad puede verse seriamente comprometida.
De hecho, y aunque son menos frecuentes, los tumores de ovario en jóvenes suelen ser especialmente agresivos y ponen en riesgo la fertilidad de la mujer debido a la aplicación de quimioterapia y/o a la extirpación quirúrgica de uno o ambos ovarios o de parte de su aparato reproductor. Un ejemplo de cáncer de ovario en mujeres jóvenes muy agresivo es el carcinoma ovárico de célula pequeña hipercalcémico.
La detección de un cáncer de ovario a los 30 años o antes puede ser un auténtico shock para una mujer, especialmente si desea ser madre. Por eso, y aunque ante el diagnóstico la prioridad médica siempre se basa en la supervivencia de la paciente, los especialistas en oncología son conscientes de que dicho deseo, en muchas ocasiones, puede ser tan grande como el de superar la enfermedad, e incluso un incentivo para hacerlo.
En estos casos, la vitrificación de óvulos y el Test Genético Preimplantacional se presentan como dos de las técnicas empleadas desde el área de la Reproducción Asistida para que las mujeres con cáncer de ovario jóvenes puedan ser madres en el futuro, una vez hayan superado la enfermedad y recuperado su salud, ayudando a prevenir, además, la aparición de esta enfermedad en su descendencia.
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Vitrificación de ovocitos en mujeres jóvenes con cáncer
La vitrificación de óvulos es un tratamiento que consiste en extraer y congelar los óvulos maduros de una mujer fértil con el fin de preservarlos y emplearlos en el futuro con la calidad del momento en el que fueron extraídos.
En mujeres jóvenes con diagnóstico de cáncer de ovario, la extracción se realiza antes de someterse a un tratamiento de quimioterapia/radioterapia o a una intervención quirúrgica.
El proceso es rápido y seguro. Tras una primera visita, se administra a la paciente un tratamiento hormonal y, en el momento oportuno (entre 10 y 15 días después del tratamiento), se le hace una punción folicular.
El procedimiento es indoloro y se hace en quirófano, con una suave sedación (no requiere hospitalización).
Una vez extraídos, los óvulos pasan inmediatamente al laboratorio, donde los embriólogos los recuperan y disponen en contenedores para el tanque de vitrificación. Allí se conservarán en perfecto estado hasta que, una vez superada la enfermedad, la paciente decida usarlos.
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Test Genético Preimplantacional (TGP)
El Test Genético Preimplantacional (TGP) es una técnica utilizada en algunos tratamientos de reproducción asistida para detectar anomalías en el material genético del embrión.
En Equipo Juana Crespo, el TGP se recomienda a mujeres de más de 38-40 años que quieren ser madres, después de varios fracasos repetidos en los ciclos de FIV, tras varios fallos de implantación embrionaria o cuando existen abortos de repetición.
También cuando uno o ambos progenitores son portadores de alguna enfermedad genética hereditaria o tienen el cariotipo alterado (translocaciones o inversiones cromosómicas)..
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En Equipo Juana Crespo tenemos unas tasas de éxito en tratamientos de fertilidad muy altas porque cuidamos al máximo todos los pasos y procedimientos de cada tratamiento. Si quieres saber más acerca de nuestros servicios, ponte en contacto con nosotros aquí.