Cada 21 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Espina Bífida, fecha que se emplea para sensibilizar sobre las causas y las consecuencias de una enfermedad congénita que afecta a entre 8 y 10 de cada 10.000 nacimientos. Según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS) de Estados Unidos, la espina bífida se caracteriza por el desarrollo incompleto del cerebro, la médula espinal o las meninges. Es, en suma, una malformación del tubo neural.
Causas que provocan la Espina Bífida
En cuanto a las causas que provocan la mencionada malformación, los investigadores reconocen que aún existe cierto desconocimiento en la materia, pero coinciden en señalar que la raíz puede ser una combinación de factores genéticos, nutricionales y ambientales. Sí se sabe con seguridad que una causa común es la falta de ácido fólico en la mujer durante los meses anteriores al embarazo y también durante la etapa de gestación.
En ese sentido, la doctora Elena Pau, especialista en Ginecología y Obstetricia de la clínica de reproducción asistida Equipo Juana Crespo, recomienda prevenir la malformación “llevando una alimentación adecuada y planificando el embarazo, de modo que la mujer pueda tener un suplemento de ácido fólico durante los dos o tres meses previos a quedarse embarazada”.
La especialista, que acostumbra a ver –al menos– un caso de espina bífida al año en diagnóstico prenatal, explica cómo se puede detectar la malformación durante los meses de embarazo, una tarea no siempre sencilla: “A veces se detecta en el primer trimestre, pero sólo si eres un ecografista muy entrenado. Existe una imagen a nivel cerebral que puede hacer sospechar que el feto presenta una espina bífida”, resume Elena Pau.
“Sin embargo, es más fácil detectar el problema entre la semana 16 y la 20, porque es en esa etapa cuando se diferencian mejor los signos indirectos que aparecen en la cabeza. Cuando ves en la ecografía el cerebelo en ‘banana’ y el cráneo en ‘limón’, entonces tienes que repasar bien la columna para encontrar el defecto”, añade la doctora de Equipo Juana Crespo.
¿Qué hacer cuando se detecta Espina Bífida?
Cuando se consigue detectar en la fase prenatal, existen dos soluciones contrapuestas: interrumpir el embarazo o arriesgarse a una reparación intraútero. “En este último caso, la intervención consiste en la colocación de unos parches biocompatibles sobre el defecto de la columna ósea que protegen la medula espinal”, apunta Elena Pau. “Depende del grado de afectación cerebral que se observe y de la precocidad en el diagnóstico, puedes pensar si merece la pena esta operación”.
Según afirman en la sección de Espina Bífida de la Federación Española de Asociaciones, pese a que en los últimos años la incidencia de esta malformación ha descendido ligeramente gracias al uso del ácido fólico en la planificación del embarazo y a las campañas de prevención dirigidas a los profesionales sanitarios, en España aún hay 19.272 personas con EBH, o dicho de otro modo, un 0,51% del total de personas con discapacidad de este país –son datos del Instituto Nacional de Estadística–.
¿Cuál es el futuro de la Espina Bífida?
“En materia investigativa, el futuro de la EB pasa por la prevención. Cuando ya tienes definida una causa, como es la carencia pronunciada de ácido fólico, queda seguir avanzando en la detección. Si estás al tanto de los signos precoces gracias a un diagnóstico ecográfico precoz entonces puedes abordar estos signos de forma inmediata y plantear la cirugía intrauterina en una unidad especializada”, agrega la doctora Elena Pau.