La histeroscopia es una prueba cada vez más habitual en ginecología y, especialmente, en reproducción asistida. El objetivo de esta técnica es observar la cavidad uterina (también el canal cervical, la cavidad endometrial y los orificios de entrada de las trompas) con el fin de detectar y/o corregir posibles anomalías o alteraciones en el útero o en el endometrio que puedan relacionarse con la infertilidad.
Si llevas un tiempo intentando quedarte embarazada y todavía no lo has conseguido, es posible que tu especialista ya te haya hablado sobre esta prueba. A continuación, te contamos en qué consiste, cuándo está recomendada y cómo la llevamos a cabo en Equipo Juana Crespo.
¿Qué es la histeroscopia?
El término histeroscopia proviene de la unión de palabras de origen griego hister- (que significa «útero») y skopein- (que podemos traducir como «observar»). Su nombre es bastante definitorio, pues la principal función de esta técnica es observar el útero.
La histeroscopia consiste en la exploración de la cavidad uterina por medio de una cámara muy fina y de reducidas dimensiones. Esta lente, llamada histeroscopio, se introduce a través de la vagina y está conectada a un monitor. Será a través de este que, durante la exploración, nuestras doctoras podrán observar con detalle el interior del útero.
Durante la histeroscopia utilizaremos, un gas o líquido (normalmente suero fisiológico, pero siempre se estudiará la opción más adecuada en cada caso concreto) que permite distender la cavidad uterina y tener una mayor visibilidad de la zona.
Tipos de histeroscopia
La histeroscopia ha supuesto un importante avance en el campo de la reproducción, permitiéndonos examinar con gran precisión alteraciones en el interior del útero y del endometrio. Patologías que, dependiendo su ubicación y morfología, no es posible estudiar adecuadamente mediante otras pruebas diagnósticas, como la ecografía.
La técnica ha evolucionado considerablemente en los últimos años y, en la actualidad, nuestro equipo de expertos utiliza la histeroscopia para llevar a cabo muchos procedimientos asociados a la reparación de la fertilidad, incluyendo el tratamiento de enfermedades endometriales, la extracción de pólipos o miomas, la corrección de malformaciones, etc.
Según su finalidad, podemos distinguir dos tipos de histeroscopia:
Histeroscopia diagnóstica
Su objetivo es detectar alteraciones en el endometrio (pólipos, neoplasias, adherencias, etc.) o en el útero (fibromas o malformaciones).
Esta prueba tiene un fin diagnóstico y es una intervención rápida, mínimamente invasiva y no requiere sedación. Aun así, en ocasiones puede aplicarse anestesia local para limitar al máximo las molestias en la paciente.
Histeroscopia quirúrgica
Además de ser una herramienta de observación, como apuntábamos antes, la histeroscopia también puede aplicarse como parte de un tratamiento quirúrgico cuando existe un diagnóstico previo sobre una alteración endometrial o uterina que puede corregirse con cirugía.
En este caso, utilizaremos una lente levemente más gruesa y realizaremos la intervención en uno de nuestros quirófanos, pues requerirá de anestesia general. Transcurridas unas horas de la operación y tras estudiar la evolución y recuperación de la paciente, podrá a marcharse a casa ese mismo día.
¿Cuándo se recomienda hacer una histeroscopia?
En medicina reproductiva, la histeroscopia diagnóstica se considera una herramienta muy útil para el diagnóstico y tratamiento de parejas con problemas de fertilidad.
Esta prueba, a menudo nos servirá para confirmar o descartar la presencia de pólipos o miomas, adherencias intrauterinas o malformaciones en el útero que pueden poner en riesgo la fecundación, la implantación o el desarrollo del embrión.
También podemos recomendar la histeroscopia diagnóstica en casos en los que se den irregularidades en la menstruación, cuando tenemos la sospecha de que la causa de la infertilidad es uterina-endometrial, en casos de abortos de repetición o cuando, en el historial previo de la paciente, observamos que se han producido fallos de implantación en ciclos FIV que haya podido realizar en otros centros.
De hecho, gracias a esta técnica es posible analizar el embrión y saber si un aborto natural se ha debido a una alteración genética o a una malformación uterina, lo que permite elegir la técnica adecuada y obtener resultados óptimos en los tratamientos de reproducción asistida.
¿Cuáles son los riesgos de la histeroscopia?
La técnica desarrollada por nuestro equipo médico para llevar a cabo la histeroscopia, hace que sus riesgos y complicaciones sean mínimas.
Si te has sometido a una histeroscopia diagnóstica, podrás volver a tu vida normal el mismo día de la intervención.
En el caso de la histeroscopia quirúrgica, por ser una intervención más invasiva, podemos llegar a recomendar reposo parcial y no mantener relaciones sexuales durante unos días. También es posible que tengas molestias similares a las de la regla o un ligero sangrado vaginal en las semanas posteriores a la intervención. Pero todos estos síntomas son perfectamente normales.
¿Buscas una clínica de reproducción asistida? Contacta con nosotros. Nuestro equipo es experto en cirugías reparadoras de la fertilidad y utilizamos las técnicas más avanzadas para lograr el embarazo en los casos más complejos.