Desde el punto de vista biológico, un embrión es un organismo que está en las etapas iniciales de su desarrollo.
En el caso de los humanos, el embrión recibe esta denominación desde que se produce la fusión de los gametos masculino (espermatozoide) y femenino (óvulo) hasta la octava semana de gestación.
La calidad embrionaria en los tratamientos de fertilidad
En artículos anteriores hemos hablado de la importancia que tienen en fertilidad ciertas patologías como la endometriosis, la adenomiosis, el hidrosalpinx…. Trastornos y enfermedades que, en la mayoría de los casos, tendremos que tratar previamente para aumentar las posibilidades de éxito del tratamiento de reproducción asistida.
A estas patologías se le suman factores como la edad, el estado y la morfología del útero, la adecuada receptividad endometrial, etc.
Por tanto, aunque uno de los principales objetivos de la reproducción asistida es asegurar la formación de embriones sanos para conseguir el embarazo; la calidad embrionaria no es, ni mucho menos, el único aspecto a tener en cuenta.
Cómo se forma el embrión en un tratamiento de reproducción asistida
La formación del embrión en los tratamientos FIV se realiza mediante la extracción de los gametos femeninos y masculinos. Una vez obtenidos y tratados individualmente en el laboratorio, realizaremos la fecundación.
Para ello, emplearemos técnicas como la ICSI o inyección intracitoplasmática, que consiste en la perforación de la corteza del óvulo mediante una microinyección. A través de ella, depositaremos el espermatozoide en el citoplasma facilitando así que se produzca la fecundación.
La ICSI puede realizarse con espermatozoides y óvulos de la pareja, con espermatozoides de donante y óvulo propio, con espermatozoides de la pareja y ovodonación o, por último, con óvulo y esperma de donantes. Esta última opción es lo que se conoce como adopción de embriones.
Normalmente, una vez que el embrión ha alcanzado el estadio de desarrollo conocido como blastocisto (5-6 días después de la fecundación), tendrá lugar la transferencia embrionaria.
Cómo es un embrión y cuáles son sus partes
El proceso de formación y desarrollo del embrión se denomina embriogénesis. En los tratamientos de reproducción asistida, los primeros signos de desarrollo del embrión tienen lugar en el laboratorio, durante el cultivo embrionario, cuando el óvulo es fecundado y se convierte en un cigoto.
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Periodo pre-embrionario: cómo es un embrión durante sus primeras semanas de vida
El periodo preembrionario, conocido como fase germinal, es la primera y más breve de las fases del desarrollo embrionario. Se prolonga desde la fecundación hasta la segunda semana de vida del embrión.
En esta fase de desarrollo del embrión, el cigoto se autorreplica repetidamente. Esta división da lugar primero a la mórula y después a la blástula, nombres con los que se define el conjunto de células que darán lugar al futuro embrión.
Cuando el embrión está en estadio de mórula (alrededor del cuarto día después de la gestación), es una masa de células indiferenciadas que recibe este nombre por su apariencia redondeada, en forma de mora.
Alrededor del quinto día de su desarrollo, en el embrión comienzan a crecer otro tipo de células distintas, los blastómeros, que se multiplican y comienzan a organizarse en tres capas diferenciadas.
En este estadio de desarrollo el embrión adquiere el nombre de blastocisto. Durante esta etapa el embrión tiene una cavidad central (blastocele) y dos regiones celulares diferentes: el trofoblasto o trofectodermo (precursor de la placenta y de los tejidos extra-embrionarios) y la masa celular interna (MCI, precursor del tejido embrionario).
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Periodo embrionario: cómo es el embrión hasta que se convierte en feto
A partir de la tercera semana de gestación, se produce la gastrulación, un proceso gracias al cual el embrión adquiere sus tres capas germinales.
En este momento, el embrión tiene forma redondeada y las capas de células de la blástula se han diferenciado completamente, dando lugar a tres estructuras: el ectodermo, el mesodermo y el endodermo.
Estas estructuras son el origen del bebé y de todos sus tejidos y órganos, gracias a un proceso conocido como organogénesis.
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- El ectodermo es la capa más externa y está compuesta, a su vez, por tres estructuras: el ectodermo externo, la cresta neural y el tubo neural. El ectodermo es el origen del sistema nervioso y de la epidermis.
- El mesodermo originará los huesos, músculos, riñones, sistema circulatorio (células sanguíneas y linfáticas), cartílagos, tejido conectivo, tejido adiposo y aparato reproductor.
- El endodermo, la última capa en desarrollarse y también la más interna, será el origen de pulmones y vías respiratorias, sistema digestivo, hígado, páncreas y vejiga urinaria. A partir del endodermo también se forma el endotelio de las glándulas endocrinas o la tiroides.
La fase embrionaria tiene una duración de ocho semanas a partir de la gestación. El aspecto del embrión cambia mucho durante este tiempo, ya que crece alrededor de un milímetro cada día. Además, su forma redondeada se va alargando hasta formar una silueta similar a la de un bebé.
Gracias a la tecnología, actualmente podemos ver cómo es un embrión y diferenciar sus partes. También sabemos que en la fase embrionaria el futuro bebé adquiere muchos de sus rasgos físicos básicos, tanto a nivel interno como externo: comienzan a desarrollarse la cabeza, la cara, las extremidades, los sistemas corporales y los órganos internos, y aparecen los primeros movimientos.
Durante la octava semana de gestación, al final del periodo embrionario, el embrión mide entre 4 y 5 centímetros, y pesa alrededor de 9 gramos.
¿Cuál es la diferencia entre embrión y feto?
Embrión y feto son conceptos que tienden a confundirse. Por eso, desde Equipo Juana Crespo intentaremos explicarte de forma sencilla sus diferencias.
Las etapas biológicas desde la fecundación hasta la formación del feto se conocen como «fases de desarrollo intrauterino» y son tres: periodo pre embrionario, el periodo embrionario y periodo fetal. La denominación embrión se utilizará únicamente en las dos primeras, sobre las que hemos hablado en este post.
El embrión recibe este nombre desde la implantación hasta la octava semana de gestación; después, pasará a denominarse feto.
Las diferencias entre el embrión y el feto están relacionadas con el tamaño y con el grado de desarrollo celular, morfológico y fisiológico. Para empezar, durante la fase embrionaria, la proporción corporal del embrión es distinta, ya que la cabeza tiene un volumen mucho mayor que el resto del cuerpo mientras que en la fase fetal, el resto del cuerpo del feto aumentará su tamaño y sus formas se equilibrarán hasta formar su silueta definitiva.
Además, el feto tiene un nivel de especialización celular mucho más elevado que el embrión, ya que a partir de la novena semana de gestación se van creando los órganos, que ya empezarán a funcionar.
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