La endometriosis crónica es una enfermedad en la que un tejido endometrial que crece fuera del endometrio, causando una reacción inflamatoria y dolor intenso en la pelvis, de manera habitual, y de forma más aguda durante la menstruación o al mantener relaciones sexuales.
Otros síntomas asociados habitualmente a la endometriosis son fatiga crónica, distensión abdominal, náuseas o molestias al orinar o defecar.
En ocasiones, la endometriosis también dificulta o impide la implantación del embrión y, por lo tanto, el embarazo.
¿Qué es la endometriosis crónica y por qué se produce?
La endometriosis es una patología hormonodependiente.
Esto quiere decir que, aunque no está causada directamente por las hormonas, su gravedad aumenta debido a la presencia de estrógenos.
Se trata de una enfermedad heterogénea, con tres fenotipos o variables reconocidas:
- Endometriosis peritoneal superficial. Es la forma más «leve» y las lesiones endometriales superficiales aparecen en el peritoneo.
- Endometriosis ovárica. En este caso, las masas quísticas surgen del crecimiento de tejido endometrial ectópico dentro del ovario.
- Endometriosis profunda. Es el tipo de endometriosis más grave. El tejido endometrial infiltra más de 5 mm la superficie peritoneal y puede alcanzar la muscularis propia de algunos órganos pélvicos (vejiga, intestino y uréteres).
Este tejido endometrial también puede localizarse en zonas extragenitales, como la pleura, el abdomen o la zona umbilical.
Entre sus causas, podemos enumerar:
- Menstruación retrógrada. La sangre menstrual (que contiene células endometriales) fluye hacia atrás a través de las trompas de Falopio y alcanza la cavidad pélvica en lugar de salir por el cuello uterino y la vagina. De esta forma, algunas células pueden depositarse fuera de la cavidad uterina y desarrollarse allí.
- Metaplasia celular. Es un proceso por el cual algunas células situadas fuera del útero se transforman en células similares a las del endometrio y comienzan a crecer.
- Proliferación de células precursoras. Estas células pueden originar la enfermedad y luego propagarse a través de la sangre y los vasos linfáticos.
- Implantación de cicatrices quirúrgicas. Después de intervenciones quirúrgicas como histerectomías o cesáreas, las células endometriales pueden adherirse a una incisión quirúrgica.
- Trastornos del sistema inmunitario que impiden que el organismo sea incapaz de reconocer y eliminar el tejido endometrial que crece fuera del útero.
Endometriosis crónica: síntomas
Los síntomas de la endometriosis pueden manifestarse desde la menarquía (primera menstruación) hasta la menopausia, condicionando considerablemente la calidad de vida de la mujer.
Uno de los más habituales es el dolor pélvico crónico, que suele ser más intenso cuando la producción de estrógenos es mayor (en la primera parte del ciclo menstrual) o al mantener relaciones sexuales.
A veces, este dolor intenso puede confundirse con la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP)
La endometriosis crónica tiene otros síntomas graves, como la adenomiosis.
Esta patología se produce cuando el tejido endometrial se desplaza y se desarrolla en la pared muscular del útero, engrosándose, degradándose y provocando hemorragias a lo largo de todo el ciclo menstrual (tanto durante la menstruación como entre menstruaciones).
La adenomiosis también puede provocar un útero agrandado y una menorragia dolorosa.
Por otra parte, la endometriosis crónica puede alterar la funcionalidad del ovario (las adherencias endometriales destruyen tejido sano) y afectar a la reserva ovárica u obstruir las trompas de Falopio, impidiendo la fecundación.
¿Cómo afecta la endometriosis crónica a la implantación del embrión?
La endometriosis también puede, en menor medida, dificultar la implantación del embrión.
Algunos estudios sugieren que hasta un 30% de las pacientes con fallos de implantación son diagnosticadas de endometriosis.
Muchas de ellas tienen problemas para sintetizar el ligamento endometrial.
Además, sus niveles de integrinas (moléculas celulares de adhesión para la implantación) son muy bajos.
Por otra parte, las lesiones endometriales (también llamadas endometriomas) pueden segregar sustancias tóxicas que afectan tanto al óvulo como al espermatozoide y comprometen, tanto la fecundación, como la implantación y el desarrollo del embrión.
¿Existen factores de riesgo para sufrir esta enfermedad?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la endometriosis afecta aproximadamente a 190 millones de mujeres y niñas en edad reproductiva en todo el mundo (casi dos millones en España), lo que supone casi 10 % de este grupo poblacional.
Actualmente, se considera una de las principales causas de infertilidad en la mujer, aunque depende de su gravedad y de la zona o zonas afectadas.
Algunos de los factores que aumentar el riesgo de sufrir endometriosis son:
- Antecedentes familiares (existe una predisposición genética, así que hay más probabilidades de sufrir la enfermedad si esta se ha manifestado previamente en una madre o una hermana).
- Menarquía a edades tempranas.
- Menopausia tardía.
- Ciclos menstruales cortos (27 días o menos).
- Menstruaciones largas (7 días o más).
- Niveles de estrógenos muy elevados.
- Índice de masa corporal (IMC) bajo.
- Trastornos del aparato reproductor.
- Afecciones médicas que impiden el paso normal de la sangre durante los periodos menstruales.
Abordaje de la endometriosis crónica en los tratamientos de fertilidad
Hasta la fecha, no se conoce ninguna forma de prevenir la endometriosis crónica.
Sin embargo, estudiar más sobre la enfermedad y diagnosticarla y tratarla de manera temprana puede ralentizar o detener su evolución natural y reducir sus síntomas.
Los antiinflamatorios no esteroideos y analgésicos como el ibuprofeno y el naproxeno ayudan a controlar los dolores y la inflamación.
Los análogos de la hormona gonadoliberina y algunos anticonceptivos (píldoras anticonceptivas, anillos vaginales, parches, etc.) también pueden reducir parte de su sintomatología.
Cuando la endometriosis causa infertilidad y, dependiendo de su gravedad, se puede recurrir a la cirugía para extirpar las lesiones, las adherencias y los tejidos cicatriciales.
En pacientes con endometriosis y fallos de implantación también puede recomendarse realizar una FIV, prestando especial atención a la preparación endometrial.
Además, tanto los óvulos como los embriones de pacientes con endometriosis crónica grave suelen tener una peor morfología, por lo que la ovodonación se presenta como una de las mejores alternativas para conseguir un embarazo.
El éxito de la FIV en mujeres con endometriosis crónica depende de la extensión y gravedad de la enfermedad, su edad y el tipo de técnica propuesta.
En Equipo Juana Crespo analizamos cada caso de forma individual y creamos tratamientos a medida para cada paciente.