“Una vez que ves a tu hijo sano, su sonrisa, sus ojitos, la naricita y lo tienes en tus brazos, te aseguro que lo que menos te importa es a quién se parece o si estudiará ciencias como su padre»
Existen muchas ocasiones en las que una mujer ha de recurrir a un tratamiento de fertilidad con óvulos de donante o lo que en general se conoce como ovodonación.
Es uno de los tratamientos con mejores tasas de éxito siempre y cuando se hayan eliminado otros factores que puedan generar infertilidad, principalmente factores uterinos que comprometan la implantación del embrión.
Todas nuestras expacientes que han sido mamás tras un proceso de ovodonación, están muy contentas y subrayan que haber tomado esta decisión fue un acierto. Se encuentran felices con sus hijos y, aunque la mayoría prefiere mantener esta decisión en el ámbito de lo privado, coinciden en que lo recomendarían sin ninguna duda a cualquier mujer que esté pasando por lo mismo que pasaron ellas y que tenga dudas respecto a la decisión.
¿Qué pacientes llegan a un procedimiento de ovodonación?
Causas medicas aparte, existen tres tipologías de pacientes que llegan a ovodonación.
El primer grupo serían las pacientes que previamente han agotado otras vías y se han sometido a varios intentos previos de Fecundación in Vitro con sus propios óvulos y que han finalizado con betas negativas o con abortos. Son pacientes muy desgastas emocionalmente, también sus parejas. La ilusión y las esperanzas con las que un día iniciaron este proceso han dado lugar a tristeza y ansiedad. La sensación de fracaso y el sentimiento de «nunca lo voy a conseguir» está presente en mayor o menor medida. El coste emocional es importante y ven como sus recursos económicos y físicos se acaban y este sueño no llega nunca. Necesitan pasar un proceso de duelo y un tiempo para retomar fuerzas. Paradójicamente, a muchas la ovodonación les produce incertidumbre, pero al mismo tiempo es un alivio saber que aún existe una alternativa.
Otro grupo son las pacientes o parejas que han retraso tanto la edad para ser madres que ya no queda otra alternativa más que la ovodonación. Suelen ser parejas o mujeres solas de más de 40 años. Están bien informadas y, aunque algunas tengan la esperanza y la oportunidad de poder hacer algún intento con sus óvulos, son muy conscientes de que la ovodonación es la vía óptima para ser madres. Estas pacientes ven la ovodonación como una oportunidad, como “el último tren”.
Aquellas mujeres que, aun siendo jóvenes y por causas genéticas, innatas o por algún tratamiento médico agresivo, la ovodonación es la mejor vía. El desgaste emocional no es tan grande como en el primer grupo, pero posiblemente lleven intentado ser madres bastante tiempo y se han encontrado con que el ansiado especialista les acaba de tirar un jarro de agua fría en la consulta. Ante esta situación, la paciente o la pareja, necesita un tiempo para aceptar el diagnóstico y asimilar las posibles opciones.
Principales miedos de la ovodonación
No importa qué tipo de paciente seas o como has llegado hasta la opción de la ovodonación, las dudas o los miedos que se plantean son los mismos.
No se parecerá a mí. Las dudas sobre el parecido físico son recurrentes. En general, el especialista selecciona a una donante que comparte el mismo fenotipo que la receptora, esto es, mismos rasgos físicos (color de pelo, ojos, complexión) y el grupo sanguíneo compatible.
Renunciaré a mi carga genética. Es cierto que los humanos tenemos dos copias de genes de en nuestro ADN, una se hereda del padre y otra de la madre, y que los genes llevan la información genética, pero es nuestra forma de vida, de alimentarnos, de hacer ejercicio, etc., lo que posibilita que determinados genes se expresen y otros no, dando posibilidad a miles de combinaciones incluso entre los miembros de la misma familia.
Dudas respecto a la donante. Todas las donantes de nuestra clínica pasan controles médicos y psicológicos. Además, gracias al test de enfermedades genéticas, conocemos sin son portadoras de alguna enfermedad genética que pudiera ser transmitida a la descendencia, en cuyo caso las desestimamos.
Anonimato. En España la Ley garantiza el anonimato de la donante y de la paciente, por lo que jamás ninguna de ellas conocerá la identidad de la otra.
Testimonios Reales:
“Ir a ovodonación ha sido la decisión más complicada que he tomado en mi vida, pero sin duda la mejor y la que más feliz me ha hecho. Agradecida eternamente a mi donante”
“Una opción maravillosa. Para nada lo veo la última opción, sino como un atajo en todo este martirio que evita sufrimientos ¡qué más dan los genes!
“Para mí fue una liberación, empezar a sentirme bien con mi cuerpo x permitirme cumplir mi sueño de gestar, dar a luz y por supuesto, ser madre”
“Cuando asimilé que con mis óvulos no podía y me hablaron de ovodonación, vi la luz. Es lo mejor que hice. No podría querer más a mis hijos”
“Una vez que ves a tu hijo sano, su sonrisa, sus ojitos, la naricita y lo tienes en tus brazos, te aseguro que lo que menos te importa es a quién se parece o si será de ciencias como su padre”
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