El plasma rico en factores de crecimiento (PRGF, por sus siglas en inglés) es una herramienta biotecnológica con muchos usos en medicina regenerativa, donde tiene aplicaciones en campos tan variados como la traumatología, la odontología, la oftalmología, la medicina estética o la medicina reproductiva.
Pero, ¿qué es y cómo se obtiene? ¿Qué ventajas ofrece en los tratamientos de reproducción asistida? ¿Existen riesgos para la paciente?
Qué es el plasma rico en factores de crecimiento
Antes de empezar, es importante indicar que, aunque es una técnica segura y ofrece resultados interesantes, el uso de plasma rico en factores de crecimiento es una técnica relativamente novedosa, que requiere más investigación y estandarización.
Respecto a los llamados ”factores de crecimiento”, son las proteínas del plasma sanguíneo encargadas de regenerar tejidos perdidos o dañados.
Estas proteínas están presentes en procesos como la diferenciación celular, la formación de vasos sanguíneos o la migración de las células a zonas dañadas para activar el mecanismo de reparación.
Cuando hablamos de plasma rico en factores de crecimiento, nos referimos a plasma que tiene una gran cantidad y concentración de proteínas PDGF, VEGF, TGF-beta, FGF, EGF, IGF-1 y HGF, todas ellas relacionadas con la proliferación celular.
Usos del PRGF en los tratamientos de reproducción asistida
En los tratamientos de reproducción asistida, el plasma rico en factores de crecimiento puede ofrecer muy buenos resultados en mujeres con problemas en el endometrio o con mala función ovárica y pronóstico reproductivo incierto.
Concretamente, el plasma enriquecido puede administrarse en casos de endometrio refractario, es decir, en aquellos endometrios que no alcanzan el grosor adecuado después de un tratamiento hormonal.
El objetivo al inyectar plasma rico en factores de crecimiento a la paciente es aumentar el grosor endometrial, algo fundamental para la implantación del embrión y la consecución del embarazo.
En los últimos tiempos y siguiendo esta misma línea, la técnica de PRGF en fertilidad, ha dado buenos resultados en pacientes con fallo de implantación, ya que la imposibilidad de conseguir el embarazo tras varias transferencias de embriones de buena calidad se debe, en ocasiones, a problemas relacionados con la receptividad endometrial.
Por otra parte, este tipo de plasma regenerativo puede administrarse en casos de insuficiencia ovárica prematura o baja reserva ovárica.
Es habitual que las pacientes con fallo ovárico tengan dificultades para ovular o que presenten un número limitado de folículos primordiales, lo que se traduce en una elevada tasa de cancelación tras el tratamiento de reproducción asistida.
El objetivo de administrar el plasma rico en factores de crecimiento en tratamientos de fertilidad, es restaurar y reparar los procesos fisiológicos implicados en el reclutamiento folicular, ayudando a la mujer a recuperar la función ovárica para obtener más ovocitos maduros tras la estimulación ovárica.
¿Cómo se obtiene el plasma rico en factores de crecimiento?
Este tipo de plasma se obtiene a partir de la sangre de la propia paciente.
Para ello, se realiza una extracción de sangre convencional.
La muestra obtenida se lleva al laboratorio para su procesado, que se efectúa en dos partes: un centrifugado inicial para obtener plasma rico en plaquetas, y un tratamiento de separación de los componentes sanguíneos que tiene como objetivo aislar las proteínas y los factores de crecimiento que intervienen en el mecanismo reparador y que se activan cuando el organismo sufre una agresión por una cirugía, una lesión o un traumatismo.
El producto obtenido y concentrado se congela en pequeñas dosis, para ser inoculado posteriormente a la paciente.
¿Cómo se administra el PRGF endometrial?
En casos de problemas de receptividad endometrial, el plasma rico en factores de crecimiento es inoculado en la cavidad uterina antes de la transferencia embrionaria con el objetivo de obtener un endometrio más engrosado (7-10 mm.) y mejorar el pronóstico reproductivo de la mujer.
El plasma se introduce con una cánula muy fina (similar a la que se utiliza durante la transferencia embrionaria) a través del cérvix, mientras el especialista se guía realizando una ecografía.
La cantidad de plasma inoculado en estos casos es de 0.5-1 ml.
Este proceso, indoloro y rápido, puede hacerse hasta 2-3 veces antes de la transferencia.
Ventajas y riesgos de esta técnica
El uso de PRGF en los tratamientos de reproducción asistida no tiene riesgos y ofrece ventajas frente a algunos tratamientos hormonales.
Para empezar, el plasma rico en factores de crecimiento de un producto biológico autólogo. Esto quiere decir que se obtiene de la propia paciente, por lo que no hay riesgo de reacciones adversas, rechazo, alergias o transmisión de enfermedades.
Además, su obtención es bastante sencilla (únicamente se necesita una muestra de sangre de la paciente) y su inoculación en el útero es rápida e indolora, con molestias mínimas y sin efectos secundarios.
Por último, esta técnica es muy cómoda, ya que, con una única muestra de sangre, es posible obtener varias dosis de PRGF que pueden congelarse y utilizarse en diferentes tratamientos o ciclos.
En Equipo Juana Crespo estamos a la vanguardia en técnicas de reproducción asistida para mejorar la receptividad endometrial y los resultados de nuestros tratamientos FIV.
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