El virus del papiloma humano (VPH) es una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes: afecta a un 20% de la población mundial entre 15 y 50 años, y más de la mitad de las personas sexualmente activas resultan infectadas por él, a través del contacto genital, anal u orogenital, al menos una vez en la vida.
En las mujeres, el mayor pico de presencia del virus del papiloma humano se registra en la franja de edad entre los 18 y los 24 años (28,8%). Según el estudio Cleopatre sobre prevalencia del VPH en España, también afecta a un 13,4% de las mujeres entre 26 y 45 años, y a un 7,9% de las españolas entre 46 y 65 años. Se estima que, en nuestro país, dos millones de mujeres tienen VPH.
Por otra parte, y según la Organización Mundial de la Salud, prácticamente todos los casos de cáncer de cuello de útero (99%) están vinculados con la infección genital por VPH.
Debido a su alta incidencia en la edad reproductiva, muchas mujeres con papiloma humano se plantean quedarse embarazadas y temen un posible contagio del bebé.
En nuestra clínica también hemos recibido consultas para saber si VPH puede comprometer la fertilidad o qué pasa si tienes papiloma humano y estás embarazada.
Síntomas del virus del papiloma humano en la mujer
Existen diferentes virus del papiloma humano. Las más habituales son las variantes VPH 6 y 11, consideradas de bajo riesgo y que suelen causar lesiones en los órganos genitales benignas consistentes en los «papilomas», que son pequeñas verrugas o condilomas.
Las variantes VPH 16, 18, 31, 33, 45, 52 y 58 se consideran de alto riesgo (también llamadas oncogénicas) porque originan lesiones precancerosas y cáncer. Concretamente, los VPH 16 y 18 se relacionan con el cáncer de útero.
Muchas veces, la presencia de este virus no se relaciona con ningún síntoma e incluso es posible tenerlo sin saberlo.
El signo más evidente de la presencia de VPH es la aparición de verrugas en los órganos genitales (vulva y vagina y cuello del útero). Estos condilomas tienen forma de “coliflor”, miden entre 2 y 5 mm y también puede aparecer alrededor del ano.
Otros síntomas poco específicos que pueden ponernos alerta sobre la presencia de VPH son escozor o prurito en los órganos genitales, aumento del flujo vaginal, sangrado con las relaciones sexuales o manchas en la piel de la vulva.
Ante la duda por estos síntomas o por haber tenido una relación sexual con una pareja con VPH, la recomendación es acudir al ginecólogo para realizar una exploración ginecológica y la prueba de Papanicolaou, conocida comúnmente como citología vaginal.
La citología no detecta la presencia del virus, pero sí los cambios celulares provocados por éste.
¿Cómo se trata el virus del papiloma humano? ¿Puede afectar a la fertilidad?
Existen vacunas que pueden prevenir los VPH de alto riesgo y aquellos que causan verrugas genitales. Actualmente, se recomienda su administración, especialmente a las niñas, al inicio de la pubertad.
Tanto la vacuna como el uso del preservativo se consideran métodos preventivos frente al VPH.
Respecto a las personas que ya se han infectado, el virus del papiloma humano puede desaparecer espontáneamente, gracias al sistema inmunitario. También existen fármacos o medicamentos aplicados localmente mediante pomadas, cremas o tinturas para eliminar el escozor y las verrugas genitales.
En mujeres con deseo reproductivo, puede ser recomendable destruir dichas lesiones mediante láser, electrocoagulación y crioterapia con frío.
En caso de lesión sospechosa en el cuello del útero, puede realizarse una conización cervical para extirpar una parte del mismo. Puesto que esta intervención se limita a la parte más externa, tu fertilidad no se verá comprometida. No obstante, si es importante saber si has tenido esta cirugía para el control del embarazo, puesto que se asocia con riesgo de parto prematuro.
¿Es malo tener el papiloma y estar embarazada? ¿Puede comprometer la gestación?
Las mujeres diagnosticadas con VPH pueden quedarse embarazadas y las probabilidades de que la gestación o el desarrollo normal del bebé se vean afectadas por este motivo son mínimas.
En todo caso, es cierto que durante esta etapa puede producirse un incremento del tamaño o del número de verrugas debido a los cambios hormonales del embarazo, al aumento de secreciones vaginales que crean un ambiente húmedo en la zona genital y a posibles alteraciones en el sistema inmunitario.
La recomendación general para mujeres con virus del papiloma humano o con antecedentes de VPH es consultar con su ginecólogo para realizar un estudio celular de su zona genital antes de quedarse embarazadas.
Si ya estás embarazada y tienes el papiloma humano, es posible que los especialistas desaconsejen aplicar cualquier tratamiento: aunque algunas verrugas pueden eliminarse sin comprometer la gestación, lo habitual es esperar a que el cuerpo se recupere tras el parto para iniciar el tratamiento.
Por otra parte, se recomienda no vacunar a las mujeres embarazadas contra el papiloma humano. Si es tu caso, podrás hacerlo después si lo deseas, ya que las mujeres lactantes pueden recibir esta vacuna sin inconvenientes ni contraindicaciones.
Tengo el virus del papiloma humano y estoy embarazada: ¿Puedo contagiar de VPH a mi bebé? ¿Se tomará alguna medida especial durante el parto?
Las posibilidades de transmitir el virus a tu hijo/a son muy bajas. Si esto ocurriera, lo más probable es que el bebé se recupere por sí mismo sin presentar ningún síntoma o problema.
El caso más grave es la papilomatosis respiratoria, que se produce cuando el bebé se contagia del VPH por la garganta y desarrolla verrugas en la zona. La infección en el canal del parto también puede generar una infección laringea (condilomatosis laringea). Sin embargo, ambos casos son muy raros.
Por último, la presencia de VPH no es un inconveniente para un parto vaginal. Únicamente en casos donde las lesiones condilomatosas sean muy graves o extensas puede recomendarse la cesárea para evitar un sangrado genital por disrupción del tejido enfermo.