Mantener un estilo de vida y unos hábitos de alimentación saludables es fundamental para conseguir el embarazo.
Sin embargo, llevar una dieta sana no siempre es suficiente, y a veces los especialistas recomiendan tomar suplementos para facilitar la concepción y garantizar el desarrollo del bebé.
En la mayoría de los casos, se trata de complementos vitamínicos que aportan las necesidades extra de nutrientes que el organismo materno necesitará durante la gestación.
¿Qué es la visita preconcepcional y por qué es importante?
La salud de la mujer durante el embarazo depende, en gran medida, de su estado de salud antes de la concepción.
Por eso, los especialistas recomendamos a todas las mujeres que quieren ser mamás solicitar una consulta preconcepcional con su médico o ginecólogo.
El objetivo de la consulta preconcepcional es proporcionar toda la información relativa a la concepción y resolver dudas, además de corregir o eliminar conductas de riesgo y detectar/controlar enfermedades que pueden afectar a la evolución normal del embarazo.
La atención preconcepcional se recomienda a todas las mujeres o parejas que desean afrontar el embarazo y la maternidad en las mejores condiciones, aunque está especialmente recomendada en los siguientes casos:
- Mujeres mayores de 35 años.
- Mujeres con antecedentes obstétricos, como pueden ser abortos de repetición, partos prematuros, cesáreas, complicaciones en partos anteriores, diabetes gestacional previa, etc.
- Mujeres o parejas con antecedentes personales o familiares de enfermedades genéticas.
- Mujeres con enfermedades graves o crónicas, entre ellas diabetes, hipertensión, patología tiroidea, enfermedad cardiovascular, problemas de salud mental, obesidad o enfermedades infecciosas. Si lo deseas, puedes leer nuestro post sobre cómo afecta la diabetes a la fertilidad.
La importancia de la nutrición antes del embarazo
Durante la visita preconcepcional se abordan los cuidados prenatales como estrategia para evitar problemas en un futuro embarazo, y uno de los aspectos más importantes que se analizan es la nutrición
El estado nutricional de una mujer al comienzo del embarazo es fundamental e imprescindible para planificar, tanto la ganancia óptima de peso, como la alimentación o la suplementación de nutrientes que va a requerir durante el periodo gestacional.
La mayoría de las mujeres sanas y con una alimentación normal antes del embarazo suelen afrontar la gestación con reservas energéticas y de nutrientes suficientes para lograr un crecimiento y desarrollo fetal normal.
Sin embargo, también es cierto que en el embarazo la necesidad de vitaminas, hierro, calcio, yodo y Omega-3 de la mujer aumentan notablemente.
En muchas ocasiones, podremos cubrir esta demanda directamente con la alimentación, mientras que en otras el ginecólogo puede recomendar la ingesta de suplementos.
Por otra parte, controlar la alimentación antes del embarazo es decisivo para prevenir los Defectos del Tubo Neural (DTN), un grupo de malformaciones presentes desde el nacimiento (entre ellas la espina bífida o la anencefalia, es decir, la ausencia de cerebro o cráneo) y que pueden deberse a distintos factores, entre ellos la carencia de nutrientes como el ácido fólico.
Por eso, a las mujeres que desean quedarse embarazadas se les recomienda tomar ácido fólico (Vitamina B9) y Vitamina D, ya que ambos resultan imprescindibles para un embarazo más seguro.
Suplementos alimenticios para un embarazo seguro
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Vitamina B
Las vitaminas del complejo B son esenciales para aumentar las posibilidades de quedar embarazada y garantizar un embarazo seguro.
La vitamina B6 es la encargada de mantener los niveles de progesterona durante la gestación, lo que evita los abortos involuntarios.
Otra vitamina del grupo B relacionada con el embarazo es el ácido fólico (vitamina B9), que participa directamente en la producción de material genético (incluido el ADN) y en la formación del sistema nervioso del feto.
En el inicio de la gestación, la necesidad de vitamina B9 aumenta notablemente y su riesgo de deficiencia es real, de ahí que la suplementación sea fundamental para todas las mujeres, incluso antes de la concepción.
Además, puesto que el sistema nervioso del feto se desarrolla entre la 3ª y la 4ª semana de embarazo, la suplementación de ácido fólico debe comenzar, como mínimo, un mes antes de la concepción, siendo recomendable hasta tres meses antes y tres meses después de esta.
Algunas embarazadas también deben tomar vitamina B12 para mejorar la absorción del ácido fólico.
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Yodo
Además del ácido fólico, otro de los suplementos habituales antes del embarazo es el yodo
La falta de yodo durante la gestación puede ocasionar problemas en el desarrollo mental y psicomotor del bebé, por eso es importante que sus niveles sean óptimos desde el momento de la concepción.
Normalmente, las necesidades de yodo están cubiertas con 3 raciones de leche o derivados y 2 gramos de sal yodada al día. En mujeres con un consumo menor, se recomienda tomar un suplemento de 200 mcg/día de yodo, al menos 1 mes antes de la concepción, durante el embarazo y durante la lactancia.
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Vitamina D
La vitamina D ayuda a absorber el calcio, juega un papel relevante en los sistemas nervioso, muscular e inmunitario, y su deficiencia se asocia a enfermedades de los huesos como la osteoporosis o el raquitismo.
En el caso de las embarazadas, la vitamina D facilita la mineralización del esqueleto fetal al aumentar la capacidad del intestino materno para absorber el calcio.
Puesto que únicamente un tercio de esta vitamina proviene de la alimentación (los otros dos tercios los obtenemos de la exposición al sol, ya que la piel la sintetiza bajo la acción de los rayos ultravioleta), la mayoría de las embarazadas tienen que tomar un suplemento vitamínico, especialmente si viven en regiones con poco sol.
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Vitamina E
La vitamina E ayuda a regular la producción de hormonas y evita alteraciones en los ciclos menstruales. En este sentido, mejora la función del sistema reproductor y controla los radicales libres que dañan el esperma.
La vitamina E también mejora las posibilidades de implantación de óvulos fertilizados y la calidad del moco cervical, siendo uno de los suplementos para quedar embarazada recomendados.
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Hierro
Las mujeres con bajos niveles de hierro o con anemia son más propensas a la anovulación, lo que puede dificultar el embarazo.
Por eso, durante la visita preconcepcional puede realizarse un análisis de sangre para medir, entre otros, la cantidad de este nutriente en la sangre.
En caso de deficiencia, el ginecólogo prescribirá hierro en forma de medicamento.
Durante el embarazo, el hierro permite que los glóbulos rojos capturen oxígeno en los pulmones para transportarlo por todo el cuerpo de la embarazada y oxigenar al feto a través de la placenta.
La deficiencia de hierro se asocia con cansancio y fatiga en la madre, además de con dificultad para respirar agravada, algo que podría vincularse con casos de parto prematuro e hipotrofia (bebé pequeño).
De ahí que la ingesta de suplementos de hierro sea habitual antes del embarazo y sobre todo a partir del quinto mes y en el último trimestre de la gestación.